¿Cómo le ganamos a Cuba? o Erase una vez la lectura comprehensiva.

Hay una frase que se usa mucho cuando se quiere resaltar la desventaja y/o atraso que tiene República Dominicana en relación a temas de educación, deporte, salud, y otros, y es «¿Cómo le ganamos a Cuba?», queriendo explicar (especulo yo) lo difícil y a veces imposible que resulta superar al hermano país que, si bien sufre muchas carencias y limitaciones, nos lleva la palma en las cuestiones de mayor peso. Sobre todo educación. No estoy segura cuándo ni por qué surgió o se popularizó el dicho (hay quiénes me dicen que a raíz de los Juegos Panamericanos del 2003 que se celebraron en el país, pero no lo he comprobado), pero de que encierra una gran verdad, es así.
Y no digamos sólo a Cuba, que con su bloqueo ha alcanzado niveles educativos superiores a los de la mayoría de los países de la región, sino a otros de igual o mayor nivel de desarrollo. La República Dominicana tiene el (des)honor de ocupar los últimos lugares en las pruebas regionales de matemáticas, lectura, ciencias, lengua, LECTURA. Lo repito porque ahí radica la fuente del entendimiento y que hayamos llegado hasta ahí es un punto de imposible comprensión para mí. Nuestras escuelas están graduando, escupiendo sería el término más apropiado, gente que lee (a medias) pero no entiende.

Lee pero no entiende

Y lo vemos todos los días; en los trabajos, en los establecimientos comerciales, en la redes, en el metro, gente que no comprende las instrucciones de abrir un empaque, que lee las noticias y no entiende, que vuelve y pregunta lo mismo que se supone «ya leyó».
¿Cómo le vamos a ganar a Cuba (o a cualquiera de los mercados con los que se supone que competimos) si nuestros bachilleres/universitarios no pueden ni completar un sencillo formulario? Lo veo a diario, una extrema dificultad para seguir unos pasos sencillos. Y lo son, sin mentir: formularios simples. ¿A qué tipo de puesto puede aspirar una persona que no es capaz de entender cómo funciona el cuestionario para aplicar por ese empleo?
Más allá de la inversión en planteles y aulas, en tanda extendida y mejorar la calidad de los maestros, hay que profundizar en qué área, dónde está la debilidad de nuestra educación que nuestros «profesionales» son analfabetos funcionales. De seguro, los expertos en educación saben dónde está el «maco», yo no sé si es en la educación básica, en la media o si es la falta de la educación preescolar (que he dicho mil veces es un factor que incide en por qué los dominicanos somos visceralmente incapaces de hacer una fila y/o caminar en fila recta, pero ese es otro post). No son sólo las faltas ortográficas, los Real Khotize y demás, es que ¿cómo pretenden aprender algo si no entienden lo que leen?
Mientras tanto se llena ese hueco, seguiremos dando la misma respuesta, escrita en el encabezado, una y otra y otra vez.

No leeré más periódicos ni veré noticieros.

Eso digo cada vez que me topo con una barbaridad más de esta peculiar media isla. La de hoy, día del NATALICIO del pobre Duarte, luego de cantar 2 estrofas del himno que lo enaltece y poner la bandera en el frente de la casa, cometo el error de encender el televisor justo cuando Huchi Lora y Patricia Solano están, atónitos, comentando el anuncio de prensa con el que el Senado de la República «conmemora el aniversario del fallecimiento del Prócer».

Así como lo leen. La experiencia me dice que pueden haber pasado dos cosas:

1) Le dijeron al diseñador «escribe algo para el Día de Duarte y nosotros lo corregimos», o

2) Le encargaron el texto a alguien dentro del Senado, tal vez no la persona que siempre lo hace, que tal vez no haya aprobado el 5to curso de primaria (por no decir 3ro que es el nivel en que mi hija está y ya ella lo sabe).

Pudiera especular decenas de posibles razones, pero sería un ejercicio estéril. Lo que sí es evidente es la falta de rigor y de cuidado, porque (y todo el que ha trabajado con publicaciones y publicidad lo sabe bien) si usted va a gastarse cientos de miles de pesos (CIENTOS) en una publicación, lo menos que puede hacer es asegurarse de que todo lo que dice está correcto. Lo más triste es que probablemente es que la cuaba le caiga al infeliz que lo hizo, y no a las 5-10-ó más personas que lo revisaron.

Es ésta una muestra del estado general de nuestra educación, o sólo un desafortunado error? Juzgue usted, yo no digo nada más.