El pasado

El pasado a veces vuelve. Una cree que lo entierra y lo sella cual reliquia, pero si no haces la paces con él, si no resuelves aquello que quedó inconcluso, si ese círculo no se cierra –y por tanto no es tal-, entonces no lo enterraste.

El pasado ronda, merodea, inquieta. Por ratos te saca la lengua burlándose de ti. De tu inexperiencia, aún, de tu error, de tu equivocación. Es que no se fue, sólo lo apartaste de manera abrupta y quedó en un rincón, esperando la oportunidad perfecta.

El pasado es impasible, implacable. Te tortura y te mortifica. Te llena de remordimientos y es injusto con todas tus decisiones posteriores. Las ridiculiza comparándose constantemente con ellas.

El pasado resurge cuando menos lo esperas. Cuando no estás lista ni eres feliz. Es oportunista y aprovechado.

El pasado es todo eso y más. Pero a veces, también, es tu única salvación.

® La foto es de http://www.masterfile.com

"En educación, es alante que tamos"

* Imagen y titular tomados de un periódico en línea local.

Señor, protégeme de los que dicen creer en ti

Gracias a mi amiga Linda por el hallazgo. Fuente: desconocida.

Los lunes son para recordar

«Tengo el cuerpo hecho de paja
la cabeza de aserrín
tengo el corazón de azúcar
y mi nombre es Arlequín,
Arlequín, Arlequín…»


Para muchos de nosotros, al menos para mí, nuestras primeras experiencias en el teatro fueron de la mano del adorable payaso Arlequín. Aún hoy recuerdo vívidamente esa primera vez que me encontré sentada en una butaca del Teatro Nacional, creo que en primera o segunda fila porque lo veía muy bien, sobrecogida por la experiencia de la oscuridad, la música y sobre todo la magia de escuchar y ver mis cuentos preferidos narrados por este personaje. Años después, muchos, ya una profesional, me tocó trabajar en un comercial junto al actor que en una época hizo de Arlequín. ¿Se imaginan qué tan grande sería mi emoción de poder conversar con él sobre lo que para mí era uno de mis recuerdos más preciados, quizás la razón por la que me enamoré del teatro? Pero fue una gran decepción, hasta para un adulta, porque él lo negó; lo negó rotunda y descaradamente: «no soy yo». Bueno.

Les cuento que en nuestro país desde el año de 1961 existe una compañía de Teatro Infantil que responde al nombre de Arlequín, dirigida por Maricusa Ornes. Esta compañía toma el nombre de un lindo payasito de los siglos XVI y XVII. Arlequino o Arlequín lleva un disfraz de parches en forma de rombos y, algunas veces un antifaz o un tricornio (sombrero de tres copas) en la cabeza. La vida de Arlequín es muy triste es un sirviente muy pobre, que siempre estaba metido en un lío terminando siempre apaleado. Estaba enamorado de una payasita llamada Colombina, pero el padre de esta que era el amo de Arlequín y era llamado Pantalón no aceptaba que se casara con su hija. Era el personaje principal y satírico del Carnavalis o Carrus-navalis de las fiestas del equinoccio de primavera, fiestas que duraron hasta el siglo XIII en Flandes y Alemania. En ellas se recordaba las entradas de los vikingos.

Todo el mundo parecía entender a Arlequín y conocerlo se hizo muy popular principalmente entre los niños, por sus bellos colores y la manera graciosa en la que movía los pies.

® Info sobre Arlequín tomada del boletín #10 de Bellas Artes .
® La imagen de Arlequín es de WWW.TEATRO.METI2.COM.AR

Nuevo Blog

Este es Alan Nadal, creativo y , por lo visto en su blog, muy pendiente de todo. Desde la oztia está cazando alagartos. Disfrútenlo (*).

(*) Había olvidado incluir este parrafillo, gracias Joan.